El futuro del cine tras la crisis sanitaria: retos y oportunidades

Con la llegada de la “nueva normalidad” surgen infinitos interrogantes sobre cómo será ésta en materia de cultura, y especialmente, en imaginar el futuro del cine tras la crisis sanitaria. ¿Cómo serán los festivales de cine? ¿Sobrevivirán las salas de cine? ¿Qué impacto tendrá nuestra modificación a la hora de consumir cine durante el confinamiento?

Recuperamos reflexiones e ideas de artículos sobre el futuro del cine donde participaron Jordi Sànchez-Navarro, director de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC y Elena Neira, profesora colaboradora de los Estudios, y del encuentro virtual “Los festivales de cine tras la crisis sanitaria: reflexiones y propuestas de futuro” donde contamos con Àngel Sala, director del Festival de Sitges, Mònica Garcia-Massagué, directora general de la Fundación que organiza el festival y tutora del Máster de Cine Fantástico y Ficción Contemporánea de la UOC.

El formato online ha venido para quedarse

No hay una fórmula exacta para el desarrollo de festivales de cine en la “nueva normalidad”. Durante el confinamiento hemos asistido a festivales 100% online, siendo el festival SXSW el primero en cancelar el festival de forma presencial y trasladar la experiencia al formato online. De ahí, hemos visto desfilar varios festivales al formato online como el D’A, Festival de cine alemán, o We Are One: A Global Film Festival.

Para Àngel Sala, director del Festival de Sitges: “El formato presencial es una forma de exhibición única y es clave en los festivales. Sitges tiene una potencialidad en lo físico, increíble”. No obstante, dadas las circunstancias el festival trabaja en un formato híbrido entre lo presencial y online”. Además, es una forma de paliar la obligada reducción de aforo en las salas de cine y permite manejar protocolos que garanticen medidas de distanciamiento. “La plataforma online es una red de seguridad” añade Mònica García-Massagué.

Más allá de repetir proyecciones, lo online permite el visionado a más gente y gestionar mejor las acreditaciones. “El formato online como complemento puede que se quede en próximas ediciones.”

Por su lado, Adolfo Blanco, CEO de A Contracorriente Films expone en una reciente entrevista de la profesora Judith Clares en la revista COMeIN: “Para mí, un festival digital, en tu casa, no es un festival. Como han dicho clarísimamente desde el Festival de Cine de Cannes, un festival o es con público o no es un festival, lo cual no puedo compartir más. Una parte esencial de un festival de cine es el contacto con el público, es el feedback del público y es la capacidad de crear una fiesta.”

La oferta cinematográfica en 2021 en peligro

El hecho que el mundo entero se haya paralizado durante (mínimo) tres meses del 2020 a causa de la COVID-19 tiene múltiples consecuencias. Una de ellas ha sido el parón que han sufrido los rodajes de películas. Àngel Sala es optimista por lo que a la programación de la próxima edición del Festival de Sitges se refiere: “Sigue habiendo calidad en las producciones, hay una buena cosecha española y catalana. Habrá películas y series muy esperadas en la próxima edición”.

Pero si los rodajes tal y como los conocíamos hasta ahora son inviables por temas de seguridad, ¿qué pasará con la oferta cinematográfica del 2021? ¿Habrá suficiente producción cinematográfica?  “El problema es rodar y cómo rodar” explica Sala. Durante la crisis del 2008 se creó el denominado cine low-cost (o de bajo presupuesto), el cual según Sala tuvo aspectos interesantes pero existe el peligro que si este fenómeno se repite, perjudique el lenguaje cinematográfico. “Me gustaría pensar en el renacimiento del cine pero con códigos cinematográficos. Será difícil llevar a cabo según qué producciones”. 

La exhibición y la distribución se irá normalizando pero el problema serán los rodajes. Tal vez haya muy pocas películas a mostrar en 2021 porque este año no se ha podido rodar.

¿Hora de recuperar los clásicos del cine?

Según Jordi Sànchez-Navarro, la falta de contenidos en 2021 podría ser una magnífica oportunidad para que el público conozca más a fondo la historia del cine: “Hay muchísima producción, por ejemplo la de los grandes estudios del Hollywood clásico, que no está disponible en plataformas de streaming. Podríamos convertirnos en espectadores con voluntad exploradora y con ganas de dejarnos sorprender por clásicos que mantienen intacta su capacidad de fascinación”.

Redefinir el festival para garantizar la seguridad

Aquellos festivales que, como el Festival de Sitges, apuesten por la hibridación de formatos (presencial y online) deberán ceñirse a unos protocolos estrictos en las proyecciones presenciales.

El futuro del cine y de sus festivales pasa por redimensionar y reconfigurar los espacios del festival para poder garantizar una distancia de seguridad, apostar por el ticketing online de las entradas, de modo que no haya colas ni aglomeraciones. “Fomentaremos las butacas preasignadas, los asistentes podrán acceder directamente al festival para que haya el mínimo de interacción en las salas” explica Mònica García-Massagué.

Consumo online: ¿han nacido nuevos cinéfilos?

Durante los meses de confinamiento ha habido un auge indiscutible de consumo audiovisual online a través de las plataformas VoD. Lo que podría parecer una mala noticia para las salas de cine al pensar que los usuarios se quedarán en casa, para Adolfo Blanco es algo positivo: “Vamos a encontrarnos con que la gente ha consumido tanto cine en casa que habremos ganado base de cinéfilos. Han sido unos meses de gran consumo cultural. Y asumiendo que la gente le perderá el miedo pronto y que tendrá ganas de volver a la sala, creo que va a contar a favor de la recuperación del theatrical.”

Es decir, puede ser que el confinamiento haya generado cinéfilos y seriéfilos con ganas de seguir consumiendo audiovisual. En ese sentido, Sànchez-Navarro vislumbra un futuro donde habrá una polarización de los eventos cinematográficos en las salas de cine: “las grandes producciones seguirán llenando las salas esporádicamente, y las pequeñas y medianas producciones, puede que queden relegadas al streaming».

El director de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC reivindica también el valor de la presencialidad de los festivales y las oportunidades de networking que ofrecen: “Hay que pensar que tanto la red de contactos profesionales que se produce en los festivales como el valor promocional para las películas no tienen sentido si no se producen de manera presencial”.

En la misma línea, Elena Neira añade: «los festivales de cine suponen una plataforma no solo de circulación del producto, sino también de prescripción, ya que el hecho de ganar o tener una mención en un certamen funciona como una poderosa herramienta de promoción»

No descuidar al público y al fandom

Festivales de cine como el de Sitges son conscientes de la importancia del público y el fandom en su festival. “Lo que el público vive en un festival es irrepetible. Vives experiencias, te encuentras con tu comunidad, tienes afinidades comunes… hay que luchar para no perderlo.

El festival crea una atmósfera única” explica Mònica García-Massagué, tutora del Máster de Cine Fantástico y Ficción Contemporánea de la UOC.

Sin duda, el fenómeno fandom se verá afectado debido a las medidas de seguridad y prevención que los festivales deberán aplicar:  “Los que quieren autógrafos lo tendrán complicado, este año. Habrá protocolos muy estrictos con los invitados” explica Àngel Sala.

Aunque nada es comparable a poder ver y saludar a tu actor o actriz favorita en un festival, el público sabrá adaptarse a la situación. “El fandom no se pierde: hemos visto cómo se mantiene en las plataformas online” explica Garcia-Massagué.

Desde los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC seguiremos atentos a la evolución de la industria del cine y del consumo audiovisual.